(lapatilla.com) - El agua es un elemento esencial para la supervivencia del ser humano y por ello ha sido y es objeto de múltiples leyendas urbanas, mitos y afirmaciones que, en la mayoría de los casos, tienen poco que ver con la realidad. ¿Las más populares? Que adelgaza, que es mejor la envasada que la del grifo o que es necesario beber dos litros al día. En este artículo, intentaremos desmontar o matizar seis de estas creencias: abc.es
1.-Beber agua adelgaza.
Falso. El agua (sea del grifo o embotellada) tiene cero calorías, por lo que ni engorda ni adelgaza. A no ser que sólo bebas agua y dejes de comer, entonces sí perderías peso, pero acabarías muriendo de hambre. No parece una buena opción. «Se engorda o adelgaza si el balance calórico diario es positivo o negativo, es decir, si ingieres más calorías que las que gastas engordas y al revés, si ingieres menos calorías que las que gastas adelgazas», explica el doctor Fernando Goñi, médico adjunto de Endocrinología en el Hospital de Basurto (Bilbao), y miembro de la junta directiva de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO). Por tanto, si lo que buscas es perder peso, aguachinarte no es la respuesta.
2.-El agua mineral es mejor que la del grifo.
En España esta afirmación no tiene fundamento porque el agua que sale de nuestras tuberías es potable y de calidad. Es cierto que en algunas zonas tiene demasiada cal y esto le da un sabor que no agrada a todo el mundo, pero se puede consumir. «Lo de tomar aguas envasadas o premium es una moda potenciada por el propio sector», advierte Ileana Izverniceanu, portavoz de la OCU. La organización de consumidores asegura que en nuestro país el agua corriente «se puede beber con tranquilidad, aunque hay zonas en las que puede ser más dura, menos pura o con un sabor más desagradable».
Por su parte, el doctor Goñi destaca que el agua mineral embotellada de bastantes marcas comerciales «no aporta nada de nada y no tiene ningún interés para la salud». «Hay excepciones, como por ejemplo aquellos lugares donde el agua del grifo es de muy mala calidad y en esos casos es mejor tomarla embotellada. Pero en zonas donde el agua corriente es de buena calidad (poco calizas y escasamente mineralizadas) es mejor la del grifo», señala.
3.-La calidad del agua mineral depende del precio.
No siempre. «La calidad no está relacionada con el precio. Hay mucho de “packaging” y publicidad», advierte Izverniceanu. La OCU elaboró en 2010 un informe sobre 32 aguas minerales naturales que confirmaba que todas eran de calidad, sin embargo, la diferencia de precios según las marcas variaba hasta en 68 céntimos por litro. Además, a la hora de elegir hay que tener en cuenta qué uso se le quiere dar (agua de mesa, preparación de biberones, problemas digestivos) porque no todas tienen las mismas propiedades.
4.-Las botellas de agua pueden reutilizarse.
Se pueden rellenar un par de veces en el mismo día, como mucho, teniendo cuidado de no exponerlas al sol ni al calor. Desde la OCU alertan de que, con el tiempo, «algunos componentes del envase de plástico pueden migran al agua». No supone un riesgo inmediato, pero no es saludable. Si queremos tener agua fresca en la nevera mejor optar por las botellas o jarras de cristal.
5.-Hay que beber dos litros de agua al día.
No. Debemos beber la cantidad de agua que nos pida nuestro cuerpo para calmar la sed. «El cuerpo humano dispone de mecanismos hormonales muy precisos para saber el agua extra que necesita a lo largo del día», explica el doctor Goñi, que advierte: «La gente que sigue esos consejos de beber mucha agua lo único que consigue es orinar mucho más, una orina muy clarita llena de agua sobrante, que no limpia los riñones sino que los hace trabajar en exceso».
6.-Todas las aguas envasadas son minerales.
Falso. En el mercado hay tres tipos de agua embotellada: mineral natural (agua subterránea, pura en origen, de composición mineral constante), de manantial (agua subterránea, pura en origen, de composición mineral variable) y potable preparada (agua que se ha tratado para hacerla potable).