Twitter acaba de anunciar que, debido a su cada vez mayor expansión internacional, empezarán a restringir por países algunos tweets en base a su contenido si éstos violan los límites a la libertad de expresión que haya en esas naciones.
Es decir: la eliminación de un tweet que viole una legislación local se hará solamente a nivel local, permaneciendo accesible para el resto del mundo. Según dicen, se informará a los usuarios cuando un tweet sea retenido y la razón para hacerlo, además de hacer el proceso todo lo transparente que puedan. Para ello, han llegado a un acuerdo con Chilling Effects, habilitando una página donde se pueden encontrar las notificaciones de cease and desist que recibe el servicio.
Si bien el ejemplo que ponen es muy políticamente correcto, este movimiento despierta muchos recelos, especialmente en lo relacionado con dictaduras. Si un país tiene coartada la libertad de expresión porque está bajo un régimen dictatorial y tienen prohibidas las manifestaciones de descontento o la incitación a la rebelión, ¿limitarán también esos tweets?
Pensemos en los casos de Túnez, Egipto o incluso Libia: ¿hubiese jugado el mismo papel Twitter de haber existido esta nueva opción?. O también pensemos en un régimen democrático que, por alguna razón, imponga un estado de excepción injustificado o, cuanto menos, cuestionable. ¿Qué ocurrirá entonces?
Twitter se ha revelado como un medio de comunicación eficaz cuando se dan situaciones problemáticas a nivel nacional e internacional, convirtiéndose en una vía para dar a conocer lo que está ocurriendo tanto dentro como fuera de los países. Con esta decisión, y conociendo tan sólo la limitada información que han dado sobre ella, es muy posible que esa eficacia comunicativa ya no vuelva a ser la misma.
Via | lapatilla
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