Para beneficio de los jugadores, cada vez surgen más pruebas científicas que afirman lo contrario; siempre y cuando no se abuse de ellos, los videojuegos son positivos en muchos aspectos.
Estudio reciente demuestra que nuestro los video juegos son capaces de modificar el cerebro de forma positiva.
Jugar mejora la memoria, creatividad, capacidad de decisión, percepción, coordinación vista-manos y la visión nocturna.
Los jugadores asiduos son capaces de hacer decisiones acertadas un 25% más rápido que la población general y además, pueden prestar atención sin distraerse hasta a seis cosas a la vez. ¡A eso llamo multitasking!
La percepción espacial es otro aspecto que se ve favorecido. Es bien sabido que ésta es una habilidad que está más desarrollada en los hombres que en las mujeres (gracias, evolución), pero aquellas que son gamers incrementan su capacidad.
En sí, los investigadores comparan el jugar a actividades como aprender a tocar un instrumento, leer o memorizar mapas urbanos, que son todas habilidades que se ha comprobado que modifican las funciones cerebrales.
Puedo entender por qué podemos ver estos beneficios; cuando jugamos tenemos que recordar las instrucciones de cierto NPC; aprender a manejar diferentes ítems y saber cuándo usarlos; recordar mapas, ubicaciones de gear, armas, save points, etc. También debemos resolver retos mentales para avanzar niveles, tener mayor control de nuestros movimientos para poder disparar con precisión y aparte de todo, cuidarnos de que no nos maten.
Por otro lado, no todo puede ser miel sobre hojuelas; los estudios también demuestran que jugar videojuegos violentos modifican las funciones cerebrales en hombres jóvenes, disminuyendo la actividad en las regiones asociadas con el control emocional y de igual forma, jugar de forma compulsiva empeora padecimientos de salud como la depresión y obesidad.
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