Desde que los insurgentes abrieron hace casi un año su cuenta en inglés, los intercambios de "tuits" entre la insurgencia y la misión de la OTAN han ido subiendo de tono a la vista de sus miles de seguidores, hasta desembocar en una verdadera guerra paralela.
"Tenemos mucho poderío preparado, como el año pasado. Quizás vais a ser vosotros los que os quejéis de que la ISAF (denominación de la misión en Afganistán de la OTAN) os causa bajas en 2012. Muertos, capturados o reintegrados", decía esta semana un mensaje aliado.
"¡Cómo sube el diálogo! Mirad: Nadie os toma en serio. Todo lo que escribís está mal", contestó enseguida un "tuit" de los insurgentes.
Las cuentas de ambos bandos rebosan de notas sobre supuestas bajas enemigas, especialmente en el bando talibán, y réplicas inmediatas del contrario, a menudo escritas con tono de afrenta.
El pasado martes, tras el desmentido de la Alianza Atlántica a una reivindicación insurgente por haber matado a cuatro militares de la ISAF, los talibanes "tuiteron": "¡Adivina qué! !Os equivocáis otra vez!"; y añadieron "Negarlo no les va a devolver la vida".
Hace pocas semanas, el rifirrafe fue a cuenta del supuesto derribo de un helicóptero aliado por parte de los insurgentes, algo que la misión internacional negó rotundamente.
"No habéis derribado ningún helicóptero. ¿Quién de los vuestros os ha engañado?" le espetó un mensaje de la ISAF a la cuenta de los talibanes.
Tanto unos como otros defienden que las redes sociales son herramientas de información para desmontar las falsedades del enemigo.
"Los talibanes basan parte de su poder en la habilidad para intimidar a la gente con desinformación, pero su Twitter en inglés no nos preocupa porque los medios saben que es intoxicación", dijo hace unos meses un portavoz de la ISAF, John Dorraen.
"La mayoría de los que se han suscrito lo deben haber hecho por la novedad del inglés, pero muy pocos le pueden dar credibilidad a la basura que publican", añadió.
"Ahora lo único que hacemos es corregir las informaciones falsas de los talibanes", dijo ayer otra portavoz aliada, Lauren Rago
A pesar de promover la imposición en Afganistán de un estado islámico tradicional y alejado de las costumbres occidentales, los insurgentes no tienen reparos en usar nuevas tecnologías para "informar" de sus acciones en la guerra de la propaganda.
"Somos conscientes de los beneficios que nos aporta Twitter y realmente intentamos aprovecharlos", afirmó ayer por teléfono a Efe uno de los principales portavoces del movimiento insurgente, Zabiulá Muyahid.
"Los occidentales están preocupados porque somos nosotros los que decimos la verdad y no ellos", añadió Muyahid, quien se felicitó de que los "tuits" de los talibanes provoquen la reacción del bando aliado.
"Sé que muchos oficiales estadounidenses, incluso de alto rango, usan Twitter" y me hace feliz que oigan nuestra voz a través de él", declaró.
De momento, la batalla de los seguidores la gana la ISAF por goleada: más de 23.000 internautas siguen los mensajes de la Alianza frente a los menos de 7.000 adscritos a la cuenta de los talibanes.
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