Los teléfonos móviles de última generación, permiten una gran cantidad de posibilidades para estar conectado a Internet y a muchos de sus servicios. La velocidad de navegación que pueden alcanzar es similar a la del ordenador que tenemos en casa. Además, al tener cámara y micrófono se convierten en una herramienta para hacer publicaciones multimedia de una forma fácil y sencilla. Del mismo modo, permite asemejar su uso al de una videoconsola con multitud de juegos disponibles para descargar de la Red. 

Tanta variedad de actividades puede provocar efectos negativos en los menores. Por ejemplo, puede darse el caso que niños y jóvenes no sepan controlarse y hagan un consumo excesivo de los móviles o incluso que la situación se agrave y que los  menores lleguen a desarrollar cierta relación patológica respecto al dispositivo y sus servicios.

Si ves que tus hijos tienen este problema, lo primero que debes hacer es hablar con ellos y establecer unas normas de uso del móvil, con un  horario incluido.

Si ves que el problema persiste y notas conductas de dependencia del móvil, debes animarle a realizar otro tipo de actividades, principalmente al aire libre y de carácter deportivo.

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